de mis 10 días out y la lámina de Iago
Si señores, a lo tonto, a lo tonto hace ya casi dos semanas de la última vez que me dejé ver por estos mundos por última vez. Podéis creerme…
Si señores, a lo tonto, a lo tonto hace ya casi dos semanas de la última vez que me dejé ver por estos mundos por última vez. Podéis creerme…
Creo que en alguna ocasión os he hablado de mi etapa en Londres. Un año y pico en el que mejoré mi inglés un 101,9%, me conocí un poquito más, disfruté de la soledad como no sabía que podía hacerse y, sobre todo, conocí a gente maravillosa.
Gente que se quedó con un trocito de mi corazón, como mi Ryan. Gente con la que me reí como me reía cuando era niña. Gente con la que las horas de charla, fueran en el idioma que fueran, siempre se me pasaban volando. Gente que, en muy poquito tiempo, se ganó el título de MUY IMPORTANTE.
Pues bien, hace unas semanas una de estas personas a las que se ganó el titulo de MUY IMPORTANTE, me llamaba por skype para pedirme que hiciera algo para el bebé de una amiga.
No podéis imaginaros la ilusión que me hizo que esa parte de mi vida llamase a la puerta de esta nueva etapa… Cuando una se ilusiona con un proyecto suele notarse en el resultado, y en este caso el resultado fue, Henry, el conejito dormilón.