la invitación más dulce
Soy de esas personas que se enamoran un poquito de cada cosa que hace. Cada pequeño proyecto que comienzo es un nuevo amor y a él dedico mis horas con una sonrisa. A veces me responde y otras resulta ser un amor no correspondido. Y muy, muy, de vez en cuando se produce el flechazo. Esto es lo que me pasó con las invitaciones que preparé para el bautizo de Matías. Vale que el señor Henry (nacido para una lámina de nacimiento) me tiene ganada desde el minuto cero, pero verlo convertido en invitación de bautizo me produjo tal sensación de ternura… tanta dulzura, que por más que trate de explicarlo no lo lograría. (más…)