te lo digo cada 19 de marzo…
3 de la mañana de algún sábado de comienzos del siglo XXI. Un hombre sentado en su coche con cara de dormido y muy malas pulgas (mi padre siempre ha tenido muy mal despertar) mira por el retrovisor como una ‘joven yo’ se acerca con 5 amigas a las que llevar a casa después de una noche de fiesta (sí señores, en la parte de atrás del ibiza de mi padre ‘cabían’ 5 chicas apretujadas). Este es uno de muuuuchos motivos por los que, cada 19 de marzo, digo a mi padre que todos los días son su día. (más…)