Este es el último post del año. Llega tras una semana de silencio en el mundo bloguil (casi extensible a todo el mundo 2.0) y a diferencia de la mayoría de blogs en esta época, no voy a dedicarlo a hacer un resumen del 2014, ni a marcar los propósitos para el 2015. Estoy liadilla incluso para eso (algo que agradezco) así que me limitaré a decir:
¡GRACIAS POR REGALARME ESTE 2014!
Mañana, por unas horas, abandonaré mi postura a lo Frodo en el mini-estudio para subirme a unos tacones bien altos (prometo no bajarme de los mismos, por lo menos, hasta pasados los primeros 30′ del 2015) Ha llegado la hora de decir bye-bye a un año que ha dejado marca en nuestra piel, ha llegado la hora de beber champagne y bailar sobre la mesa…
Las fotos son de la mesa dulce que preparamos hace unas semanas para la espectacular fiesta sorpresa que preparó el marido de Chus para celebrar su 40 cumpleaños. La llegada de los 40, al igual que la del 2015, se celebra con la sofisticación que le confiere a una el paso del tiempo: rodeada de dorados, vestida en blanco y negro, bebiendo una copa del mejor champagne y despeinandose mientras bailas sobre una mesa…
Les espero en 2015, ¡diviértanse!