
Los últimos años al frente de The godmother han sido como un pequeño máster en detalles, gestos, miradas... Los matices siempre están presentes, pero hay que aprender a verlos y a leerlos. He visto cruces de miradas que no necesitaban palabras, roces de manos que daban toques de atención, sonrisas que no dejaban lugar a dudas, pero sobre todo he visto ojos de admiración. Y sabéis una cosa? los ojos de admiración más conmovedores que he visto no han sido entre enamorados, sino los de un pequeño mirando a sus progenitores. Sabemos que todos los padres creen que sus retoños son los más especiales, pero a veces se nos olvida que ese sentimiento es reciproco. (más…)