Fin de año se acerca, y aunque algunos, reconozcámoslo!, todavía no nos hemos recuperado de Navidad, toca empezar a pensar en la cena de Nochevieja y en la fiesta de Año Nuevo. Y si, como yo, estáis convencías de que el 2013, SI será un gran año, debemos recibirlo por todo lo alto.
Aquí os dejo dos tableros de inspiración. Dos propuestas totalmente diferentes, en las que el factor común es el color dorado, el brillo y la purpurina.
En tonos pastel, donde el blanco será coprotagonista, ayudando a crear una atmosfera tranquila y comedida, llena de luz y dulzura. Ideal para niños buenos con muchas ganas de pasárselo bien.
O en tonos oscuros, donde el blanco queda relegado a un segundo plano, y el negro domina la estética de la fiesta, impregnándola de un toque transgresor. Ideal para que los niños malos empiecen el año disfrutando a tope.
Dos formas diferentes de celebrar el comienzo de un 2013, que seguro estará lleno de cosas buenas, que ya toca! Cúal es la tuya?