la boda rústica de A&Y - The Godmother

Que el novio construya el altar frente al que se sentarán, la novia se ocupe de rotular a mano cada uno de los carteles, la hermana de la novia prepare el ramo y el cuñado sea el oficiante de la ceremonia… eso solo podía pasar en la boda rustica de A&Y.

Podría contar mil cosas sobre esta boda, hablar de aquel sábado en el que quedamos las «besties», muchos meses antes del gran día, y de cómo yo no veía nada claro el tema de las escaleras para el seating (a menos que hubiese escaleras por todas partes). Podría hablar del novio más implicado de la historia y de como se planteó nuestro sentido de las proporciones al enterarse de que Yoli y yo habíamos decididido aumentar el tamaño del logo en los packagings de los «Pañuelos para lágrimas de emoción». Podría hablar de aquel martes en el que Ángel decía que ya estaba todo listo, pero todavía quedaba el jueves en el que floreamos y el viernes en el que medio montamos (y desmontamos) y sobre todo quedaba aquel sábado en el que brindamos, nos arreglamos, derramamos alguna lagrimilla y reímos a carcajadas…

La boda rústica de A&Y es la boda handmade más bonita de la historia, y no solo me refiero a la estética, hablo de los detalles. Cada pequeño detalle de esta boda tiene una historia y a una persona especial detrás: los primeros muñecos de la tarta tallados por el padre, el cojín sobre el que iban las alianzas, la botella de licor café casero que regalaron a los chicos, las galletas de la mesa dulce…
La pedida de mano, un año antes, nos puso en alerta: algo bonito estaba a punto de pasar… y pasó,