Levantarse cada día a las 9, o las 10!, Pasear. Tomar un café a media mañana mientras lee el periódico… Pasar más tiempo en casa. La siesta! Merendar a las 6 de la tarde. Jugar a todas horas con Xinso , mi gato de 3 meses. Ayudar en las tareas domésticas (solo un poquillo). Disfrutar mucho más de los peques. Comer en casa todos los días, de esa comidita rica-rica que prepara mi mamá. Todos estos, entre otros, son pequeños placeres desconocidos para mi padre hace apenas 2 meses.
Hoy cumple un año más, se ha levantado, se ha enfundado las deportivas y ha salido a caminar. Se ha tomado un café y se ha ido con mi madre de compras. Él, currante por naturaleza, se ha visto en una situación totalmente nueva, a la que he decir, no todos sabíamos si podría adaptarse. Pero lo ha hecho. Ha decidido que después de muchos años de trabajar muy duro, ahora toca disfrutar, y yo, no podía hacer otra cosa más que contribuir a que así sea.
No diré que es, solo, que es para disfrutar en compañía, la de esa persona que siempre ha estado a su lado y que ahora se merece disfruar con él de su tiempo libre.
Felicidades papá!
excelente artículo. amanda costa dias